En el primer texto "La infinita Obscenidad" tiene que ver con la continuidad de quienes detentan el poder por exhibir con desparpajo su riqueza. Antes fue una ferrari y actualmenet los "vestiditos" de cristina Kirchner y sus cartera Louis Vouton de 4000U$$ cada una y toda la riqueza que han hecho con el desfalco al banco de Santa cruz, la evasión de impuesto, las coimas y la venta de tierras en el Calafate, en suma, su enriquecimiento ilicito. Tambien este texto es una pequeña explicació acerca de por que gusta a tanta gente un mamotreto como Ricardo Fort pero eso al dorso.
El segundo texto "a propósito de la Inexsistente identidad peronista" va como prueba de relevancia a mi afirmación de que el peronismo se reversiona en nombre de Perón con el chorro de turno y que este movimiento a sido, Nacional y Popular, fascista (en palabras de feinman) neoliberal, etc. Y actualmente "Kirchnerista" como anticpa el final del texto: Tendrá nuevos rostros.
Este texto se lo dedico a los idiotas útiles que repiten un discurso de forma automática y no leen bien la realidad que tienen al frente y se didcan meterse en foros no Kirchneristas para, sin argumentar, defenderse nombrando a otros partídos políticos, sin hacerse cargo de la spropias falencias o responsabilidades o bien atacando con calificativos como los que figuran en este blog calificándome como "fascista" y otras cosas. Les aclaro: yo no secuestré gente detentando el poder, tampoco me robé millones ni abogo poorque maten a nadie. Ese calificativo les corresponde a ustedes. a la pruebas me remito, lean a Jose Pablo Feinman.
Esteban
(proximamente transcribiremos un texto donde Kirchner declara "yo no soy peronista, te quedaste en el pasado")
Jose PaBlo Feinmann. "Ignotos y Famosos" Buenos Aires. ED.Planeta Espejo de la republica Argentina. 1994
La infinita obscenidad.
Suele decirse que cuando la reina María Antonieta inquirió acerca de las causas del descontento, le respondieron: "el pueblo no tiene pan, su majestad" seguido suele decirse que la reina contestó: "entonces que coman pasteles". Fue decirse que esté injuriosa frivolidad uno de los detonantes de la revolución francesa.
Allí, en Versalles, la realeza se entregaba el vértigo absoluto del se. Pocos sabían de la realidad. Poco les importaba. La frase de María Antonieta-cuando le informaron cuál es el marco social sobre el que se dibujaban los excesos versallesco-revela una certeza inapelable de impunidad, tan inapelable que puede permitirse la injuria. Fue decapitada en 1793. Tenía 38 años.
Hay diferencia con la Argentina actual, con la Argentina que obscenamente se exhibe en punta, con la Argentina de la fiesta de las 1000 y una noches: el frivolidad y hayinjuria, pero no habrá Revolución Francesa.
Existe algo inmediatamente verificable en este nuevo verano fresco: ha repetido el anterior. Son una cosa cambió: una preeminencia del techo sobre la cumbre. Pero cuanto al resto, todo igual: el exhibicionismo desaforado, casas, exhaustos, las modelos, la familia real y los amigos de la familia real. Un poder que tiene la infatuación de creerse perenne, que cree que obran infinitamente, que la reelección del jefe supremo es inexorable, que los ignotos pondrán todos los votos que sean necesarios en las urnas de las almas perdidas y que la fiesta continuará interminablemente, 1000 y una noches, y muchas más tarde. Esta sensación de permanencia, el poder incuestionable, de impunidad, le otorga la realeza argentina la alegría de entregarse al más profundo al más auténtico de sus placeres de hoy : la obscenidad.
Se me permitirá, para aclarar este concepto, obscenidad, que es de gran precisión para analizar la Argentina de hoy, citar a jean Baudrillard. "La obscenidad empieza (...) Cuando todo se vuelve transparente y visible de inmediato, cuando todo queda expuesto a la luz áspera e inexorable del información y la comunicación." Existe, entonces, una relación de tres puntos en la posterior de la Argentina actual: existen los senos, es decir, los que sienten que su poder sólo existe cuando es mirado, deseado por los impotentes, por los envidiosos, por carecientes y deseantes, por lo e incluso, en su interioridad, llegan a agradecerle al eficiente que se decidió porque, al fin y al cabo, les muestra algo que sostienen ver, que sólo pueden poseer por medio de la mirada. Existen, luego, los medios de comunicación, todos una prensa exitosas que refleje el éxito, una prensa insidiosa e incansable, que todo lo penetra, que todo lo refleja, y que la misión de tornar infinitamente visible aquello que existe para ser visto. Existen, por fin los que miran-en la modalidad del deseo el imposible asimilación-el espectáculo de la obscenidad.
Una impunidad de la fiesta obscena recibe en que, lejos de provocar indignación, provoca cero. Y eso, ellos, lo saben. Saben que el borde les está permitido porque existe todo un país que tolera el desborde. De aquí que María Antonieta, hoy, en la Argentina , podría un y 1000 veces mofarse de las carencias populares, decir "que coman pasteles si no tienen pan", injuriar desde la frivolidad y el exceso. Porque aquí no hay pan pero tampoco habrá Revolución Francesa. Y una de las causas es la fascinación que el pueblo siente por la obscenidad, por el espectáculo impúdico, por la música estridente del poder farandulesco. Cuando el deseo es mayor que el asco, no existe posibilidad alguna de decir que no.
La prensa obscena juega un papel central en esta trama: es la mediación entre los que se exhiben y los que desean ver. Los que se exhiben armar la fiesta, la fiesta implacablemente registrada por la prensa obscena que, en otra de sus facetas, puede hacer volar un helicóptero sobre la quinta de Maradona, volviendo lo, a Maradona loco, y logrando, así, la grandota obscena del ídolo caído-y los cauces de la prensa obscena (la que más vende en la Argentina actual) dieron a los poderosos, a los empresarios, a los políticos, a los actores que son parte de su vida por medio de la obscenidad televisiva, los miran, allí en la fiesta inolvidable, estando donde ellos desean verlos: muy lejos, inalcanzables, fascinantes.
Una periodista le pregunta al Jeque de la Brahama -al que o la fiesta inolvidable-: "¿se justifica gastar tanto dinero y en una fiesta?". El jeque de la Brahama responde: "eso será mucho dinero por usted, no para mí". El valor de la fiesta se calcula entre 400 y 600.000 $. "No es mucho dinero para mí", asegura el sitio. El, dice, y se las fiestas para divertirse, para disfrazarse. Así embargar, se lo ve en una foto: gordito, petisón, disfrazado de oriental, bailando con una odalisca.
1° de tal ostentación debe responder a ciertas inconmovibles certezas. ¿Qué piensan? ¿qué piensan de la gente, de nosotros, del país?. Piensan que el país les pertenece. Piensan que la gente es idiota, que no sólo no repudia el espectáculo, sino que le fascina contemplarlo. Piensan-y lo dicen claramente yo ya los únicos a quienes desagradan las grandes fiestas son los diarios de izquierda. De donde podemos inferir lo que piensan de nosotros: de los que escriben textos contra ellos, de los que leen sintiendo que su bronca es, al menos, expresada y compartida por otros, de los que sienten, ante el espectáculo obsceno de los vendedores impunes, más asco que deseo, de todos ellos, es decir, de nosotros, piensan que somos unos resentidos, unos fracasados, unos infelices que apenas si han aún cuatro pesos.
Es posible que seamos todo eso es posible que seamos resentidos, fracasados, infelices. Todo eso y mucho más. Sin embargo, miro otra vez la foto del gordito petiso disfrazado de oriental bailando con lado lista y sí, absolutamente, que hay algo que no somos.
No somos ridículos.
A Propósito De la Inexstente Identidad Peronista.
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Todavía suele escucharse a ciertos ciudadanos (políticos o gente del orden común) decir: "yo soy peronista, pero no menemista". Esta frase, a esta altura de los hechos, bien puede ser calificada como uno de los más estrafalarios inventos argentinos. Supone, la frase, que existe una identidad peronista desde la cual es posible diferenciarse de la gestión del presidente Menem, quien, a su vez, representaría el máximo grado de distorsión de su identidad, hecho que trasladado al campo de la ética política se califica como tradición, palabra, por otra parte, muy usada en la historia del justicialismo, ya que siempre hay alguien que traiciona y hay alguien que expresa el pongamos, verdadero rostro de ese partido.
Estas dos palabras, invención y traición, son fundamentales para entender algo acerca del peronismo. Digámoslo así: el peronismo es un sujeto político en permanente estado de invención. Convengamos que esta cualidad (que puede llegar a ser atractiva para ciertos novelistas, esos seres consagrados a ficcionalizar lo real) no es la más apropiada para establecer una identidad política. Así, por otra parte, lo demuestra la otra palabra, tradición.
Ocurre que el peronismo no ha sido nunca he instaurado como el invención de un solo sujeto. Muchos sectores, a lo largo de su historia, inventaron su peronismo y, desde esta sección, llamaron traidores a quienes se habían inventado otro.
Esto ni siquiera quedó resuelto en la vida de Perón. El fundador del justicialismo gustaba reservarse para sí un especial condición de árbitro, condición a la que en su libro conducción política del nombre del padre eterno. "Cuando se forman dos bandos peronistas", solía decir, "yo tengo que hacer de padre eterno; no puedo darle la razón a uno y a otro".
Esta idea pragmática y aditiva que tenía Perón de la política repercutió sobre la posible identidad peronista, tornando la infinitamente cambiante. Así, el peronismo pudo tener 1000 rostros y ninguno. En un veremos algunos de estos rostros: 1) nace como un movimiento nacional popular. Un líder carismático, surgido de las entrañas del militarismo, aglutina la adhesión de las mayorías. Se produce un proceso de incorporación de los contingentes de las migraciones internas al proceso productivo. Se impulsa la industria liviana; se crean, así, innumerables fuentes de trabajo. Los obreros son sindicalizados. Los sindicatos mantienen una férrea unidad con el estado. Se promueven en las nacionalizaciones. En 1949 se reforma la constitución y se introduce en ella un artículo -1040- que proclama inalienables las fuentes minerales del país. Ahí la redistribución del ingreso. Los obreros aman a Perón y Perón les dice que son maravillosos y que hará siempre, "lo que el pueblo quiera". Es una etapa de fuerte dinámica histórica. Son los años que la fraseología justicialista llama "felicidad del pueblo y grandeza de la nación". Años que permanecerán fuertemente grabados en la memoria colectiva de los ciudadanos peronistas; 2) a partir de 1951, con la misión Cereijo a Estados Unidos y luego con la visita al país de Milton Eisenhower , el peronismo se vuelve amigo de las inversiones extranjeras y convoca al Congreso de la productividad. En 1951 se declara el estado de guerra interno, respuesta al golpe del general Menéndez. Esta situación deriva en un autoritarismo político que acerca al peronismo al modelo de las dictaduras latinoamericanas de la época. Por último, el acercamiento a Estados Unidos tiene como fruto previsible el contrato con la petrolera California, en contradicción con el artículo 40 de la constitución justicialista, al que Scalabrini Ortiz había llamado "bastión de nuestra soberanía";3) entre 1955 y 1969, con Perón en el exilio, el peronismo se vuelve combativo y fierrero. John William Cooke es el delegado personal de Perón. Hasta Vandor pone caños; 4) a partir de 1969 se produce una de las más fascinantes y trágicas invenciones del peronismo en: la de la izquierda peronista. Pero no es el hecho maldito. Evita es cheguevarizada . Surge la guerrilla. Este periplo de la izquierda peronista debe interpretarse, sin más, como uno de los grandes esfuerzos de la izquierda argentina por comprender y acercarse un pueblo siempre inasible para ella. Se produce no sólo la invención del peronismo, sino, muy especialmente, la invención de Perón, a quien se transforma en un líder revolucionario que responde a los imperativos de la época; 5) durante su tercer gobierno, Perón la cobertura política a la derecha del movimiento. Intenta, asimismo, una política aperturista con los radicales. Dice: "para un argentino no hay nada mejor que otro argentino".y lenguaje que suena marciano para la sensibilidad combativa y clasista de la izquierda, enamorada del peronismo de la maldición; 6) muerto Perón, el peronismo queda en manos de Isabel y López Rega. ¿Hay ruptura o acentuación de tendencias ya existentes entre el gobierno de Perón y el de Isabel? crímenes de la triple A; 7) perdidas las elecciones de 1983, el peronismo decide renovarse. Surge la renovación peronista, un honesto intento social-demócrata de conjugar la idea de la comunidad organizada con la democracia; 8) con Menem se invente el que es, hasta ahora, el último rostro del peronismo: liberal, conservador, privatista, socialmente insensible. En suma, el peronismo fue nacional popular entre 1946 y 1951, autoritario amigo de las inversiones extranjeras entre 1951 y 1955, resistente obrero y hecho maldito eleccionario entre 1955 y 1969 (también, aquí, conciliador y Vandorista, amigo de los militares del ´66), socialista y guerrillero entre 1969 y 1973, dialoguista con la oposición política y represor de la izquierda entre 1973 y 1974, desembozadamente fascista y terrorista de estado entre 1974 y 1976, socialdemócrata entre 1986 y 1989, liberal, conservador y privatista a partir de 1989.
¿Cual es su identidad?.
Tuvo (y posiblemente tendrá) tantos rostros que es imposible fijar uno. Su pragmatismo lo llevó a adaptarse a todas las coyunturas en lugar de asumirlas desde una propia identidad.
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