Reivindicar la violencia trae Violencia

La Muerte de Mariano Ferreyra la semana pasada es la consecuencia lógica de un gobierno que desde hace mas de tres años se basa en la confrontación y en la agresión constante a quien no esta de acuerdo con este.
El gobierno de los Kirchner (nueva versión del peronismo) han exhaltado la agitación de los años 70 de forma idealizada, sin reparar en que, si bien hubo en esos años un gran debate y movimiento político e ideológico, también hubo una ola de violencia desenfrenada que empezó desde el Estado (lease la triple A o el Mismo Juan Peron con su "escarmiento" a los peronistas mas agitados) pasando por los grupos de guerrilla como ERP, JP, FAR y Montoneros. Idealizar a los grupos armados por el hecho de que los mataron es dejar de lado un análisis histórico que es pasado por alto y que de hecho desencadenó la sangrienta dictadura militar.
El pasado año 2008 durante la crisis del campo, el gobierno de Nestor Kirchner envió en "apoyo" a un grupo de camioneros de Hugo Moyano a las rutas con las intenciones directas de "persuadir" a los grupos de  productores rurales que estaban en un pìquete en Santa Fe. Los productores anoticiados del hecho, manifestaron que estaban armados y que se defenderían en caso de ser necesario. El estado nacional con mucho juicio frenó al grupo de matones camioneros ante lo que será una predescible contienda con derramamiento de sangre.
Actualmente son los esctores sindicales (léase la mafia sindical instaurado por Juan Domingo Perón) los que han terminado de protagonizar un hecho sangriento como el asesinato de un joven manifestante que estaba protestando por la reivindicación de sus derechos. Su asesino: un barrabrava vinculado a la union Ferroviaria es un peon mas de los que viene apoyando este gobierno para coaccionar y sofocar a quien ose cuestionarlo en su accionar. No olvidemos que desde el inicio de su primer gobierno, Nestor Kirchner les dio total apoyo a distintos grupos de barrabravas de varias clubes como racing y nueva chicago.
Si sumamos en la ecuación: la concentracion de poder de Moyano, los barrabravas y delincuentes que trabajan para los sindicatos y barones del conurbano de turno y la constante incitacion a la violencia, el resultado no será el de una sociedad mejor sino mas bien el de una altamente corrupta, violenta y con una creciente escalada de violencia que si bien parece esta nueva version del peronismo, esta irresponsablemente decidida a repetir.

El país corporativo y violento

Por Adrián Ventura
Especial para lanacion.com

Viernes 22 de octubre de 2010

Esta mañana, la fiscal Cristina Caamaño espera que la declaración de ocho testigos le aporte datos sobre el autor del homicidio.
Aun cuando ayer Pedraza no aportó ningún dato útil, es muy probable que, tarde o temprano, aparezca un imputado. El Gobierno lo necesita.
Pero, cualquiera sea el desenlace en este caso, la Argentina es un país sumergido en un clima de violencia, un caldo de cultivo más que propicio para que haya crímenes y corrupción:

• Falta de libertad sindical: la Corte Suprema, en los casos UTE (2008) y Rossi (2009) se pronunció en favor de la libertad sindical, pero los sindicatos establecidos y el Gobierno la resisten. Incluso, la Justicia se pronunció en favor de darle la simple inscripción al gremio del subte, pero el Ministerio de Justicia se resiste.

• Un sindicalismo de cúpula, con Hugo Moyano al frente de la CGT, que negocia prebendas con el gobierno para actuar, a cambio, como su brazo de control callejero. Entre esas prebendas, está la de conseguir la designación de jueces: varios de los ocho nuevos camaristas laborales (los pliegos están a estudio del Senado) son hombres y mujeres cercanos a Moyano.

• La violencia verbal que despliega el Gobierno, que confronta contra todos los sectores no oficialistas o independientes, sea el campo, los empresarios y la prensa.

• La corrupción de la política y del sindicalismo. La Argentina es un país donde todo negociado queda impune.

• La corrupción de las fuerzas policailes, que se entregan al poder de turno. Una vez más apareció la sospecha de que la Policía Federal liberó la zona para permitir la agresión. Por eso la fiscal convocó a lla Gendarmería. La decisión de la fiscal es correcta, pero la actuación de dos fuerzas también renueva recelos y no garantiza ningún resultado (el ejemplo es la AMIA, donde intervinieron todas las fuerzas de seguridad anúlándose en forma recíproca y sin ningún resultado a la vista).

La Justicia y el Gobierno necesitan un culpable; la Argentina necesita mucho más que eso: necesita volver al camino de la paz social y de la libertad.