Ansiedad y tensión en el Gobierno
La Presidenta presiona por una rápida resolución del caso para atenuar el costo político
Sábado 23 de octubre de 2010
Mariano obarrio
LA NACION
El gobierno de Cristina Kirchner vivió ayer entre la euforia por la esperanza de un pronto esclarecimiento del crimen de Mariano Ferreyra y la angustia ante la demora en la detención del sospechoso, y las tensiones internas que empezaron a hacerse más patentes a tres días del trágico enfrentamiento a balazos en Barracas. LA NACION
Los pases de factura internos respondían al seguro impacto político negativo que sufrirá la Casa Rosada por su alianza con una estructura sindical sospechada y que "se le fue de las manos", como admiten fuentes oficiales. Y también al discurso oficial, que se ubicó más cerca de la crítica al sector al que pertenecía la víctima que de la condena a la violencia gremial.
Cristina Kirchner monitoreó minuto a minuto las novedades de la causa judicial. Cada media hora llamó al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y al ministro de Justicia, Julio Alak, según allegados a la Presidenta. Su esposo, Néstor Kirchner, también mostró su ansiedad por el tema cuando se permitió anunciar en Chivilcoy que "pronto habría novedades" en la investigación.
"El crimen está esclarecido. La jueza libró el pedido de detención y lo están buscando", dijo a LA NACION un miembro del entorno de la Presidenta. Pero dentro del kirchnerismo también se escuchó: "A los primeros que afectará todo esto es a nosotros y a la estructura sindical, que no controlamos".
En la Casa Rosada, no obstante, en medio de un fuerte clima de nerviosismo, adelantaron que seguirá la embestida sobre el ex presidente Eduardo Duhalde, rival político de Kirchner dentro del peronismo. El Gobierno asegura que el presunto autor del asesinato, que anoche era buscado por las fuerzas de seguridad, es uno de los 11 barrabravas que operaron el miércoles para romper la marcha de trabajadores despedidos de empresas tercerizadas del Ferrocarril Roca que piden ser reincorporados.
Añaden que los habría contratado la empresa Ferrobaires, propiedad de la provincia de Buenos Aries, y señalan específicamente a Alberto Trezza, un ex funcionario de Duhalde al que acusan de controlar todavía la firma, pese a no tener más cargos allí.
La Casa Rosada difundirá la idea de que Ferrobaires puso a los barrabravas al servicio de la delegación de la Unión Ferroviaria del Roca.
El titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, negó a LA NACION todo vínculo con las patotas. También Trezza desmintió seguir vinculado a Ferrobaires.
Los barras serían de Banfield, Lanús, Defensa y Justicia, Independiente y Racing Club. El presunto asesino sería de Banfield, indican en el Gobierno.
En la Casa Rosada crece la preocupación. "Esto nos pega a todos, a Pedraza, a Trezza, a la Secretaría de Transporte y también al jefe de la CGT, Hugo Moyano, que hoy tomó el control político del peronismo: son todos los mismos y se conocen, dirimen cajas y poder sindical. Moyano bloquea fábricas, recolección de basura y peajes. Y condiciona a Kirchner y al que venga en 2011", dijo una fuente de Balcarce 50.
El caso también roza a Antonio Luna, subsecretario de Transportes y miembro de La Fraternidad.
Negocios y política
Todos ellos, admiten por lo bajo en el Gobierno, alentaron los negocios ferroviarios, las empresas tercerizadas y los subsidios oficiales, sin beneficios para los usuarios ni para los trabajadores. En el entorno de Olivos aseguraron que Kirchner le recriminó a su esposa, la Presidenta, y a los funcionarios Carlos Zannini, Oscar Parrilli y Rafael Follonier el manejo de la crisis. "No podemos decir que el Gobierno garantiza que no reprimirá y que nunca lo hizo, como dijo Cristina", se quejó un allegado a Kirchner. Había que transmitir seguridad de que se controlaba la situación; no de que el Gobierno seguirá dejando hacer, aconsejaba un allegado a Kirchner.
"Pero son ellos a los que escucha la Presidenta y le pasan papelitos con un discurso ideológico", se quejaban en "la pingüinera", como se conoce al sector más kirchnerista.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, menos ideologizados, no opinan en la intimidad por temor a quedar en minoría.
Sin embargo, Kirchner fue el promotor de la idea de inculpar a Duhalde y todos reconocían ayer que había sido un error apresurarse. "Teníamos un recorte periodístico viejo. Un papelón", se sinceró uno.
Tras un acto en Chivilcoy con la Presidenta, Kirchner quiso reservarse para él la buena noticia, cuando habló de las "novedades importantes". Pero hasta anoche no había llegado la noticia más esperada en el Gobierno: la detención del presunto asesino.
Cristina Kirchner, vía Twitter, fue mas cauta. "Hay esperanza de justicia", dijo. Y se lamentó de que los trabajadores tercerizados del PO condicionaron su declaración judicial a que antes se los reincorporara.
"No se puede creer que se nieguen a declarar ante la Justicia y demoren la entrega de videos y fotos", señaló la Presidenta por Twitter.
En la cima del Gobierno se descuenta el impacto negativo sobre las cúpulas sindicales, hoy aliadas de la Casa Rosada. Pero hicieron notar que Moyano se alejó de Pedraza y se acercó a los trabajadores del PO para lograr la reincorporación.
TRES AGRESORES IDENTIFICADOS
DANIEL GONZALEZ Militante de la union ferroviaria
Según fuentes judiciales fue identificado como uno de los que atacaron a los tercerizados, de acuerdo con los videos que aportó C5N.
GABRIEL SANCHEZ
Ligado a la unión ferroviaria
Participó de las agresiones en Barracas. Según fuentes de la investigación, también sería barrabrava de Racing.
RICARDO ARIAS
Delegado de la unión ferroviaria
Estuvo en el grupo que atacó a los empleados tercerizados. Fue identificado también por los videos aportados por C5N
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